El ajolote, el anfibio capaz de regenerarse
El ajolote es un anfibio mexicano con una característica peculiar: Es capaz de regenerarse. Si se lesiona una extremidad o la cola es capaz de regenerarla pero también tiene la habilidad de regenerar parte de sus órganos vitales como el corazón y el cerebro.
La capacidad regenerativa de este peculiar anfibio está siendo estudiada por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) con un claro objetivo: lograr que las células vuelvan al estado primigenio, es decir que se transformen en células madre y así puedan reparar tejidos dañados desde dentro del propio cuerpo.
Así actúa el organismo del ajolote
La revista Science recoge el estudio liderado por Manuel Serrano y realizado junto a otros científicos del CNIO en el que aseguran que han adaptado la técnica del científico japonés Shin’ya Yamanaka para reconvertir las células en células madre. La novedad es que esta transformación se realiza en el interior del cuerpo del ser vivo, desde la lesión. Tal como lo hace el ajolote.
El CNIO está investigando en ratones y ha llegado a ciertas conclusiones como la utilización de fármacos que permiten la reprogramación de las células lo que sería muy beneficioso en el tratamiento o cura de varios tipos de cáncer. Aún así, todo tratamiento sería un mero acercamiento a la misteriosa regenaración que consigue el ajolote.
Algunos datos curiosos sobre el ajolote
El ajolote (Ambystoma mexicanum), albino o con coloraciones oscuras, vive en el medio acuático y parece un pequeño alienígena. Hoy se encuentra en peligro crítico de extinción debido a la sobreexplotación (para alimento, medicina y mascota) y por la contaminación de las aguas en las que vive.
Este animal, que inicialmente se llegó a confundir con la salamandra, mide unos 25 cm y es una especie neoténica, es decir, puede alcanzar la madurez sexual reteniendo sus características larvarias, y al contrario que la mayoría de anfibios no pasa por un proceso de metamorfosis.
Su nivel de supervivencia cuando es sometido a estos cambios es muy elevado. No es que sean inmortales, pero los ajolotes, a diferencia de la mayoría de los anfibios, conserva sus características de larva o de bebé, como sus branquias y aletas, durante toda su vida.
Los cuernos del ajolote no son decorativos, en realidad son branquias por las que respira. El animal también respira a través de la boca, la piel y los pulmones. La capacidad de estas cuatro rutas de respiración es uno de los motivos por los que los ajolotes están en grave peligro de extinción, ya que son más sensibles a la presencia de contaminantes.