Japón se suma a otros países y dice que no seguirá a EE.UU. al etiquetar al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán como un grupo terrorista.

El ministro japonés de Exteriores, Taro Kono, aseguró el martes que su país, un cercano aliado de Estados Unidos, no tiene la intención de seguir la línea de Washington contra las fuerzas militares iraníes.

Hablando con periodistas desde Tokio, la capital nipona, Kono destacó la estrecha relación de Japón con Irán.

El jefe de la Diplomacia nipona agregó que su país dirá lo que debe decir y continuará trabajando para resolver problemas a través de la discusión y el diálogo.

Los comentarios de Kono se produjeron un día después de que la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, incluyera al CGRI en su lista de organizaciones terroristas extranjeras, acusando a las fuerzas militares persas de “financiar y promover el terrorismo”.

La República Islámica de Irán tomó, a su vez, una decisión recíproca, considerando “al régimen de EE.UU. un ‘gobierno patrocinador del terrorismo’” y declaró ‘grupo terrorista’ al Comando Central de Estados Unidos (Centcom) y a todas sus fuerzas asociadas”, porque, aduce, “son responsables de la ejecución de las políticas terroristas de EE.UU. en la región del oeste de Asia”.

El anuncio de Trump provocó un aluvión de rechazos y protestas entre muchos países, incluidos los aliados de EE.UU.

Rusia condenó la medida estadounidense, diciendo que “no tendrá resultado alguno excepto el aumento de las tensiones en la región” del oeste de Asia.

El Reino Unido, a su vez, dijo que la decisión de Washington sobre el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica “le corresponde únicamente a él mismo”, y Londres “no la apoyará”.

Irak, Siria, Turquía y Catar, entre otros países del Oriente Medio, también han repudiado la medida contra el CGRI. Casi todos advirtieron sobre las devastadoras consecuencias que podrá tener esta decisión para la región volátil del oeste de Asia.