Comerciantes reportan baja de entre 50% y 90% en las ventas sabatinas. Esto debido al decremento del flujo de pasantes en el centro histórico de la ciudad.

Lo que debería de ser el mejor día de la semana para los comerciantes sayulenses, resulto todo un fracaso. Las calles desiertas, las cajas registradoras vaciás. Prácticamente todos los empresarios se quejaron de las bajas ventas. “no sacamos ni para pagarle a los empleados” comentaba una empresaria local.

Los sábados en Sayula son sábados de Tianguis, para los comerciantes locales el mejor día de la semana, miles de sayulenses y visitantes de la región se dan cita para comprar los alimentos de la semana, pero también para surtirse de zapatos, ropa, medicinas, o disfrutar de una rica agua fresca bajo la fresca sombra de los arboles del jardín principal. Sin embargo, el sábado pasado no fue así. La gente no vino, no se vendió nada.

En las redes sociales, miles de ciudadanos mostraban su descontento con las medidas tomadas por el desquiciado alcalde de Sayula Jorge Campos (PAN-PRD) quien en un acto de desesperación mando sitiar la ciudad entera, cerrando por completo el centro histórico con toneladas de escombro y basura, camiones de la basura y maquinaria pesada.

“No nos dejaron descansar, hasta trajeron patrullas de otros municipios y ni siquiera nos pagan horas extras” comento para Acontecer un policía que pidió mantener su nombre en el anonimato. Agrego que los policías no querían actuar contra su propio pueblo pero que fueron obligados y amenazados con perder su trabajo si se desistían.

Por parte de los comerciantes y la ciudadanía, la versión es otra. Hombres encapuchados y fuertemente armados aterrorizaban a los empresarios mientras por los cielos los helicópteros militares sobrevolaban la ciudad a baja altura. “No es Siria, no es Iraq, es Sayula ¿que le pasa al loco alcalde?” reprochaban las madres mientras abrazaban a sus hijos asustados.

La falta de flujo de pasantes podría traer graves consecuencias para todo Sayula. La disminución de las entradas por ventas no disminuirá el recibo de la luz, teléfono y la renta. Los empresarios comenzaran a quebrar y en el mejor de los casos, despedir a sus empleados.

Se calcula que 40% de los negocios del centro histórico quebraran y 60% de los trabajadores perderán su empleo.