Mañana será un día mejor, no existirá dolor, no habrá más lagrimas, aunque sé que ya no estarás permanecerás en cada uno de nosotros como un tatuaje impregnado en nuestra piel. Los recuerdos seguirán conmigo aunque tu ya te has ido, se verán siempre a cada parpadeo las imágenes que mi mente guardó.

Un segundo basta para dejar el mundo, si pudiéramos predecir en qué momento vamos a dejar de existir tendríamos la oportunidad de decir adiós. Así es la vida, estamos un día aquí y al siguiente solo son momentos guardados, pequeños fragmentos que se quedan grabados.

Los recuerdos que me visitarán cada noche serán tu ausencia, en la mesa sobrará un espacio, hijo, me faltarán tus abrazos, hijo, me faltarás tu. Seremos fuertes aunque no estés, seguiremos por ti siendo una familia que ha quedado rota y a cada mañana aunque te pronuncie mi boca nunca te marcharás de mí.

Cuando un hijo muere, la lluvia no cesa, sigue el vacío guardado, siguen los momentos que quedaron grabados, sigues siendo yo. Qué se haría, vida mía, por qué te has ido de nuestro lado, en mis ojos un te extraño y en mi corazón estarás tu.

Es difícil decirte adiós cuando yo tendría que irme primero, así puede ser la vida, nos queda resignarnos a ver tu cama vacía. Los planes han cambiado, se han acabado para ti, será que ya estás en un lugar mejor, sin embargo, pasaré en mi corazón buscando y podré saber que a pesar del dolor que me cause, nunca dejarás de ser mi hijo.

Cuando un hijo muere se quedan las canciones de cuna que una vez canté, los cuentos que un día conté y las palabras que pronuncié. Te amaré por siempre y serás por siempre mío aunque de mi lado por hoy te habrás ido.