Enrique Alfaro, Jalisco y la oda al terror
En Jalisco, con Movimeiento Ciudadano, mientras el terror se acumula, el olvido gana la batalla contra la memoria en el duelo por la historia.
Este olvido instantáneo ha ocurrido con las desapariciones forzadas cometidas en Guadalajara, Jalisco, el 4 y 5 de junio de 2020. Ahí, policías de la Fiscalía General del Estado vestidos de civil detuvieron, maltrataron, amenazaron, retuvieron e incomunicaron por varias horas a decenas de jóvenes que participaban en las protestas afuera de la Fiscalía por la ejecución extrajudicial de Giovanni López. Nunca fueron buscados por el Estado Mexicano y su liberación fue gracias a la movilización social. Con el paso de los días, los medios dejaron de escribir sobre el tema.
¿Por qué es importante recapitular este evento? Tejamos memoria. Empecemos recordando que estos hechos no son aislados. Jalisco se disputa con Tamaulipas el primer lugar en desaparición en el país con más de 10 mil personas desaparecidas registradas. Esto es, 1 de cada 7 desapariciones oficialmente reconocidas en México ocurren en ese estado. Además, la entidad atraviesa por una crisis forense de proporciones dantescas. Se ha documentado la cremación de alrededor de mil quinientos cuerpos no identificados de 2006 a 2015 por parte de la propias autoridades. Y es imposible borrar la imagen de los tráileres que se usaban como anfiteatros para almacenar cadáveres en condiciones indignas en los alrededores de Guadalajara hace dos años, debido a la saturación del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.
En Jalisco, las personas son desaparecidas y sus cuerpos destruidos, muchas veces por las autoridades que consideran que todo ello sigue “parámetros normales”, tal como lo aseguraba la titular de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas de aquella entidad, Blanca Jacqueline Trujillo Cuevas, hace apenas un mes.
La movilización social en la búsqueda inmediata
Las personas que se manifestaron en Guadalajara a principios de junio de 2020, y que estuvieron incomunicadas por policías con el rostro cubierto, y fueron llevados a lugares fuera de la fiscalía, afortunadamente fueron liberadas. Esto fue posible gracias a la respuesta de la sociedad tapatía y la exigencia inmediata a nivel nacional de su presentación con vida a través de redes sociales, la activación de redes de apoyo comunitarias y el tremendo esfuerzo de documentación por parte de la sociedad civil. En la noche ya la mayoría estaba en su casa.
Desafortunadamente la mayoría de las desapariciones cometidas por autoridades o particulares no cuentan con la misma solidaridad y visibilidad. Estos eventos, perpetrados por policías con rostro cubierto, en camionetas no oficiales, cometidos a la vista de todos, dejaron aprendizajes de suma importancia para generar metodologías de reacción y búsqueda inmediata de personas. Se confirmó que el tiempo de reacción es un factor clave.