El conflicto existencial entre los homosexuales cristianos desgarrados entre sus creencias religiosas y sus ganas de sentir deseo por personas del mismo sexo.

Valente Fernadino (nombre cambiado para proteger la privacidad) es homosexual, y aunque no ha salido oficialmente del closet, todos saben que Valente tiene relaciones sexuales con otros hombres.

Valente es cristiano de hueso colorado, de dia se le puede ver rezando, visitando el templo y dándose golpes de pecho mientras admira la estatua de Jesús semidesnudo. Sus chistes son homolíticos, sus comentarios de ultra derecha pretenden denigrar a otros homosexuales e incluso a personas que viven en los barrios marginados. Valente se considera superior y odia a los pobres.

Pero por las noches, Valente Fernandino se transforma, protegido por la obscuridad o por la privacidad de un domicilio de un amigo gay, se da el lujo de surfear por los confines de su recto. Y no es tanto el amor mezclado con el alcohol, es simplemente el deseo carnal que siente el hacia otros hombres.

Esta personalidad bipolar presentada por Valente, su lucha interna por preservar sus creencias religiosas y al mismo tiempo satisfacer sus deseos carnales con sodomia muestran un triste cuadro de un paciente esquizofrenico que sufre y llora en secreto, mientras que en publico se desborda por su amor a cristo y su odio hacia las clases marginadas por considerarse superior.

Karl Gustav Jung dijo una vez “el ultimo síntoma de una esquizofrenia es el complejo de dios”, condición que describe a la perfección a Valente Fernandino, Valente pues no debe de ser tratado con burlas y desprecio, Velente tiene que ser tratado como un paciente opinan los psicólogos. El problema tiene cura, es muy difícil de curar, requiere la cooperación de el paciente, pero tiene cura.