Detenida, esposada e incomunicada por poner sillas afuera de su hotel

Lo que se puede catalogar como un abuso de autoridad por parte de las autoridades, fue el hecho de lo que le pasó a la propietaria del Hotel La Fortaleza, quien poco antes del desfile de comparsas, fue obligada a retirar una sillas que había colocado en las afueras de dicho inmueble, como le había sido permitido por muchos años, (ver foto) y tras reclamar lo anterior, fue esposada por policías, junto a un familiar que ni pío había dicho, con el pretexto de que se “había puesto agresiva”, estrategia principal de los policías para llevarse detenidos a los más que se puedan en este y en muchos otros casos de los que da cuenta la ciudadanía. El reclamar simplemente una arbitrariedad, es catalogado como una “AGRESIÓN” por parte de los policías que no entienden que los ciudadanos tienen el derecho pleno a reclamar ante una detención arbitraria. Peor aún en este caso que se trataba de una dama, ¿agresiva?, ¿con un montón de policías al lado, usted se la cree? y además una mentira según testimonios de los que estaban presentes en el hecho.

Lo peor vino después para la afectada, ya que esposada y todo (como no lo hacen los policías con los delincuentes que abundan y que nada hacen al respecto), fue conducida a la cárcel siendo INCOMUNICADA lo cual es una flagrante violación a sus derechos. Y más peor, sus familiares pagaron una fianza legal y a pesar de ello le fue negada su libertad, los abogados que saben de leyes sabrán en qué términos violatorios de la ley incurrieron las autoridades con este hecho.

Al margen de lo que se desprenda de este hecho y los motivos de las autoridades de no permitirle a los propietarios de un Hotel sacar afuera de su negocio una sillas, habría que considerar que se trata de un Hotel, que como sea representa fuentes de trabajo a sayulenses, paga sus impuestos, navega con las crisis económicas TODO EL AÑO, como hotel que es, imaginamos que no son pocos los turistas que se hospedan en el lugar para aprovechar el escenario de las Comparsas, lo que devenga en al menos un trato injusto e intolerante de las autoridades a un proveedor de servicios, en el reparto de sillas debieron incluir, por supuesto, a los propietarios del Hotel, con mucho con más derecho de quienes recibieron este beneficio.